viernes, 6 de julio de 2012

Habitantes de la calle y ladrones

Los ladrones de la décima son un enjambre de delincuentes con una impresionante estrategia organizacional. Después de las imágenes televisivas, de esta semana, que muestran su complejo funcionamiento, la gente ha comenzado a hablar de la peligrosa 'limpieza social'.

En una reacción, que no es nada sorpresiva, la gente empieza a incluir a los gamines, los desechables, los pordioseros, los habitantes de la calle como parte del problema. A propósito de esto, me gustaría recordar una declaración del General Orlando Páez Barón en relación con el problema de seguridad en Bogotá y los lugares donde ocurren los atracos. Él dice: 'son lugares sucios, con presencia de habitantes de la calle eventualmente (sic)' (min 0:36: http://www.youtube.com/watch?v=yi_tbFerTgg).

No mezclemos manzanas con naranjas. Los habitantes de la calle no son los atracadores que se ven en los videos. No son los que trabajan en grupo y que en gavilla, ponen en peligro la vida de los ciudadanos. Las ciudades siempre han tenido habitantes de la calle y siempre los tendrán. El concepto mismo de ciudad como una concentración de seres humanos en un area que se debate entre el espacio público y privado determina que algunas personas vivan en la calle. Y como cualquier ciudadano son personas que tienen la opción de escoger entre la legalidad o la ilegalidad. Es decir, hay buenos y malos habitantes de la calle.

Frente a las burradas que dicen los altos mandos de la policía metropolitana es necesario preguntarse como ciudadano si la seguridad debería estar en manos de gente que basa sus estrategias en objetivos errados. Aparecen atracadores, organizados, vestidos con camisa limpia y tenis caros, pero una de las mayores preocupaciones de mis generales y coroneles de la policía es la presencia de habitantes de la calle... plop!

Nunca me he sentido más seguro en Bogotá que cuando me fumaba un cigarrillo a la medianoche en un andén de la avenida Jimenez junto a John, el habitante de la calle que se la pasaba por ahí. Nunca me amenazó con un cuchillo o vino con sus amigos a robarme, lo máximo que me pidió fue una moneda para su vicio y dándome las gracias me dijo, 'fresco mi perro que usted en esta cuadra está protegido'.

Ahí les dejo una foto de un habitante de la calle muy especial en Suecia, para los que creen ciegamente en la relación habitante de la calle e inseguridad: http://www.flickr.com/photos/rjazzar/5978868655/

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